EL BUEY1
Ora, manso animal, inmóvil miras
Cual fijo bloque, el campo floreciente;
Ora al pesado yugo das la frente
Y á la labor del hombre fiel conspiras.
Él te aguija, él te punza, y tú a sus iras,
Los ojos revolviendo mansamente,
Respondes en silencio. ¡Oh buey paciente!
Paz a un tiempo y vigor al alma inspiras.
Tu ancha negra nariz húmido aliento
Exhala; tu mugir ondeando lento
En los serenos ámbitos se pierde;
Y en el glauco cristal de tu pupila,
Grave y dulce, refléjase tranquila
La muda soledad del campo verde.
Miguel Antonio Caro
1 Traducción de Giosuè Carducci.