LA BATALLA DE HOHENLINDEN
TRADUCCIÓN DE CAMPBELL
En Linden, no sangrienta todavía,
La intacta nieve blanquear se vía
A la hora en que acaba
Su giro el sol, sumiéndose a Occidente;
Y sus ondas el túrbido torrente
Raudo precipitaba.
Pero todo cambió cuando rompiendo
El atambor con redoblado estruendo
El nocturno reposo,
A la Muerte mandó se levantara
Para que con sus rayos alumbrara
El suelo tenebroso.
Sonó el clarín y relumbró la tea!
El caballero se alza a la pelea
La ancha espada blandiendo;
Y el pisador con altivez gallarda
Inquieto bufa, y el momento aguarda
Que empiece el choque horrendo.
A la explosión terrífica de guerra
Convulsa treme con rumor la tierra:
Veloz caballería
Con ímpetu se arroja a la batalla;
Lejos, cual cielo en tempestad, estalla
La ardiente artillería.
Y aun seguirá la no sangrienta enantes,
Nevosa altura, truenos asordantes
Lanzando y llamaradas:
¡Y aun seguirá con rojo humor caliente
Mezclando el raudo y túrbido torrente
Sus ondas espantadas!
¡Ya sale el sol! Las nubes con su lampo
Apenas si penetra que en el campo
Con negro horror ondean:
Y encarnizado el galo, ardiente el huno,
Bajo dosel sulfúreo de consuno
Con nuevo ardor vocean.
¡Arréciase la lid! ¡Ea, soldados,
Que en demanda acudís desesperados
De gloria o sepultura!
¡Munich! ¡despliega todos tus pendones!
¡Aquí de tus robustos campeones!
¡Aquí de tu bravura!
¡Pocos, pocos saldrán de donde tantos
Así vinieron a encontrarse! ¡Oh, cuántos
El sueño postrimero
Dormirán con la nieve por sudario!
¡Cada césped del campo solitario
Cobijará un
guerrero!
Miguel Antonio Caro