IMBERT $ WESSIN
Este dúo siniestro de reptiles,
hijos del excremento del Pentágono,
buscan su cueva en cráneos repetida
con el ojo trasero que les cuida
de balas raticidas de Caamaño.
Cobardes cazadores de estudiantes,
trujillismo sin él, sin su relámpago...
Impopulares como los purgantes,
hay que buscarlos...
Están allí... blindados entre amantes;
se les mata en la siesta, en su guarida.
Mas, quizá ni los buitres se los coman,
porque no comen carne tan podrida...
Manuel del Cabral