CANCIÓN PARA BUSCAR UN COCODRILO
Más allá del agua seca
de mapas y oculto río,
oigo un ruido de raíces
en el silencio del indio.
La plata de su sonrisa
rompe el cobre de su cara
De más allá de los huesos
viene este hueso a su cara.
En un ojo va la trampa,
y en el otro casi el tacto.
En las sogas de sus venas
se trae un potro enredado.
Vegetal hasta en la voz
de hoja seca que de pronto
da su flecha, brisa flaca.
El indio es un árbol suelto,
un árbol que se cultiva
con rocío de pestañas.
Pero no, que ya vestido,
que ya vestido de pájaro
tiene la edad de la lluvia
buscando en el río muerte
también el indio se busca.
El indio que aúlla y siempre
tan grande como un silencio;
el indio que saca tierra del corazón,
como un verso.
Manuel del Cabral