LA POLÍTICA APLICADA AL AMOR.
CARTA ERÓTICA EN ESTILO PARLAMENTARIO
Mariquita idolatrada,
Mi bien, mi amor, mi deidad,
Mi programa, mi turrón,
Mi frase sacramental:
Tú, cuyos ojos me roban
La independencia y la paz
Poniendo a mi corazón
En estado excepcional,
Permite que un ciudadano
Te interpele en puridad
Sobre cuestiones vitales
De su situación normal.
Si yo te amo y tú me quieres,
¿Por qué, pesia Barrabás,
Con un pacto de familia
No das término a mi afán?
Enemigo del progreso
Nos condena tu papá
A vivir estacionarios
En la flor de nuestra edad.
Con su horrible catadura
y su instinto monacal,
También, dos veces feota,
Me rechaza tu mamá.
Mas si tanta es de los dos
La injusta arbitrariedad,
¿Por qué no nos pronunciamos
Contra el yugo paternal?
Coliguémonos,
Maruja,
Y válgame en el altar
Contra el veto de tu padre
La sanción del capellán;
Y cuando hecho consumado
Sea el vínculo nupcial,
Pediremos, alma mía,
Un voto de indemnidad.
Por dicha el antiguo régimen
Murió en este suelo ya;
Bien que algunos sicofantas
Lo quieren resucitar.
¿No ha de alcanzar al amor,
Que de suyo es liberal,
Ya que no el poder omnímodo,
Un cacho de libertad?
Es acto de vandalismo
Nuestras almas divorciar,
Con infracción manifiesta,
Del Código... natural.
Tú rica y yo proletario,
¿No somos hijos de Adán?
¿No somos parte integrante
Del edificio social?
Biógrafo de mí mismo
Me voy a espontanear,
Aunque no es parlamentario
El que dice la verdad. -
En primer lugar, las Cámaras
No me abren de par en par,
Porque ni soy financiero
Ni alta notabilidad.
No temo que me sorprenda
Polizonte suspicaz
Elucubrando en el club
Algún tenebroso plan.
No tengo, rancio aristócrata
O demagogo procaz,
La exaltación del tribuno
Ni el orgullo del bajá.
Ni contratos clandestinos
He celebrado jamás,
Ni me comprende el apodo
De sanguijuela voraz.
Ni aspiro a la teocracia,
Ni Ayacucho es mi lugar,
Y así soy yo cigarrón,
Como cangrejo fluvial.
Sólo a los hojalateros
Me pudieran comparar,
Porque siempre que te miro
Digo para mí: ¡Ojalá!...
Sin embargo, me parece,
Que pertenezco a la gran
Familia, porque los pobres
Siempre hemos sido los más.
Con el santo sacerdocio
De la prensa gano el pan;
Mas soy partícipe lego
En esa comunidad.
Folletinista infeliz
Y siempre hecho un azacán,
Habito en el piso bajo
Si otros en el principal.
No en artículos de fondo
Afirmo con gravedad
Que el equilibrio europeo
Corro peligro en Tetuán.
No es dado a mi humilde pluma
Discutir, analizar
Los negocios que en San James
Palpitan de actualidad.
No expongo en discursos lánguidos
Con estilo doctoral
El admirable artificio
Del sistema... trinidad.
Por ser de contrario dogma,
No en polémica
mordaz
Acuso del farisaico
Al colega, Pedro o Juan.
No soy tránsfuga, ni apóstata,
Ni acostumbro a involucrar
Los rayos del Vaticano
Con la ley municipal.
En materia de agiotaje
No conozco el Cristus-a,
Y el ostracismo, sin ostras,
Para mí está en alemán.
En fin, ni sé de las masas
Las pasiones agitar,
Ni entiendo jota de gu-
bernamentabilidad.
Mi destino es traducir
Por un módico jornal
Novelas de munición,
Ya de Paul, ya de Balzac.
Por cierto que malas lenguas
Dicen que suelo dejar
En vascuence medio torno
Y en francés la otra mitad.
Ahora bien, dulce Maruja,
Si has podido barruntar
Las tendencias, de esta epístola
Escrita en lenguaje usual,
Da solución a mi crisis,
Y sepa yo, ¡voto a san!
Si es llegado el casus foederis...,
¡O he de tirarme al canal!
Manuel Bretón de los Herreros