LA BÚSQUEDA ASESINA (Poema inconcluso)
Yo te maté, Filí-Melé: tan leve
tu esencia, tan aérea tu pisada,
que apenas ibas nube ya eras nieve,
apenas ibas nieve ya eras nada.
Cambio de forma en tránsito constante,
habida y transfugada a sueno, a bruma...
Agua-luz lagrimándose en diamante,
diamante sollozándose en espuma.
Fugacidad, eternidad... ¿quién sabe?
¿Cómo seguir tu alado movimiento?
¿De qué substancia figurar tu clave,
y con qué clave descifrar tu acento?
Yo te maté, Filí-Melé: buscada
a sordos tumbos ciegos, perseguida
con voz sin cauce, con afán sin brida;
allá en aguas de sombras resbalada
sobre arena de estrellas encendida;
allá en tumulto de olas espumada
—flor instantánea al aire suspendida—
por la gracia y la luz arrebatada
y en aire sin recuerdo devenida.
De sol a sol, jornada tras jornada,
desde la puesta hasta la amanecida;
tenso afán de tenerte y penetrarte
mi amor ya no fue amor para quererte,
era viento de sangre para ahogarte,
red de oscura pasión para envolverte.
¡Oh lirio, oh pan de luz, oh siderado
copo de espuma virgen que con fiero
y súbito ademán hube tronchado!
¿Cómo volverte a tu fulgor primero?
Eras en mí, dentro de mí, presencia
vital de amor que el alma sostenía,
y para mí, fuera de mí, en ausencia,
razón del ser y el existir: poesía.
Y ahora,
silencio, soledad, quietud que añora...
¿Qué trompa de huracán hace más ruido
que este calmazo atroz que me rodea
y me tiene sin aire y sin sentido,
sordo de verbo y lóbrego de idea,
y que se anuda en mí con cerco fiero
en yelo ardiente y negro congelado,
cual detrito de acoso y desespero
por mi íntima tensión centrifugado?
*
Zumbel tú, yo peonza. Vuelva el tiro,
aquel leve tirar sobre el quebranto
que a masa inerte dábale pie y giro
haciéndola cantar en risa y llanto
y en sonrisa y suspiro...
¡Vuelva, zumbel, el tiro,
que mientras tires tú me dura el canto!
Luis Palés Matos