VARIANTE
Al promediar la tarde de aquel día,
Cuando iba mi habitual adiós a darte,
Fue una vaga congoja de dejarte
Lo que me reveló que te quería
Tu alma, sin comprenderlo, ya sabía...
En tus dedos temblar la vi al hablarte,
Y al separarnos te pusiste aparte
Del grupo, amedrentada todavía.
Un poco entristecida por la ausencia,
Mas, lánguida, a la vez, con la evidencia
De una felicidad que aun ríe y llora,
Estremeciose tu alma enajenada;
y sobre tu mejilla sonrojada
besáronse el crepúsculo y la aurora.
Leopoldo Lugones