TARDE
En una inflamación de oro ligero
Se embellece la tarde, y de un espino
Cae el dulce cantito del jilguero.
Y la gota dorada de aquel trino,
Es lo único que se oye en la grandiosa
Magnificencia del azul divino.
Parece que la luz, en cada cosa,
Una frente besara, suave y lenta;
Y de la hierba que se ha puesto rosa.
Mística sube el alma de la menta.
Leopoldo Lugones