EL NIDO
Una arista, una cerda, un hilo, un copo
De lana ocasional, y mucha espina.
Una honda suavidad de pluma fina,
Y un triple gajo de cimbreño chopo.
Y al declinar la vespertina hora,
En la puerta del tálamo sencillo,
Dorándose de sol el pajarillo,
Con gorjeo más suave se enamora.
Leopoldo Lugones