CREPÚSCULOS DEL JARDÍN
III
SCHERZO
Una noche muy clara todavía
Sobre la tierra azul de las montañas,
La estrella proverbial de las cabañas
Como un dulce cordero conducía.
Difundiendo ilusorias telarañas
Te envolvió mi especiosa cortesía,
Y en jovial frenesí de melodía
Pánico viento numeró las cañas.
Bajo la cabellera asaz confusa
Del sauzal, murmurábanos la esclusa
Un remoto temor de encrucijada...
Y ponía en nuestro íntimo alborozo,
El convulso cristal de su sollozo
La náyade en las sombras degollada.
Leopoldo Lugones