RAMILLETE
CAMELIA
Cómo se llama el corazón lo augura:
—Clelia, Eulalia, Clotilde— algún pristino
Nombre con muchas «eles», como un fino
Cristal, todo vibrante de agua pura.
Se enciende en el claror de su blancura
Con diminuta llama, un asesino
Carmín. Su alma filial cuenta al Destino
Románticas novelas de amargura.
En el vago perfil donde destella,
Su ojo negro y fatal asuela aquella
Palidez. Sus maneras son prolijas
Como las de esas moribundas raras,
Que se cubren los dedos de sortijas
Y se desviven por las sedas claras.
Leopoldo Lugones