SAN MARTÍN
Desplegaron los cóndores el vuelo,
Himno vibrante el mar alzó a su paso,
Cuando iba, como un sol hacia su ocaso,
A hundirse entre las sombras de su duelo.
Ahogar la esclavitud era su anhelo,
Y libre, un mundo, levantó su brazo;
E irguiose a saludarlo el Chimborazo,
Agitando su túnica de hielo.
Inspirada sibila del futuro,
América es más grande en la memoria
De los que fueron su invencible muro
Su refulgente triángulo de gloria:
Bolívar inmortal, Washington puro
Y San Martín, gigante de la historia.
Leopoldo Díaz