UN HOMBRE ESPERANDO
La casa está vacía, pero un hombre
sentado en el zaguán, calla y espera.
Quizá ha olvidado ya lo que antes era.
Incluso acaso ya olvidó su nombre.
Y sin embargo espera todavía.
Tal vez en la ventana suena el viento.
El tiempo pasa como un sueño lento.
Marchita y rosa cae la tarde fría.
El hombre silencioso está esperando.
Deriva su mirar de cuando en cuando,
sus ojos son arena de un desierto.
El silencio, la ausencia, la mirada,
la esperanza que ya no espera nada
y es como el vientre de un animal muerto.
Leopoldo de Luis