LAS PALABRAS
No digas que son poco las palabras,
esos guantes que visten
los infinitos dedos del silencio,
esas manos cargadas de sentido
merced a su gamuza tan sonora
que hasta la soledad se vuelve humana
y salen desde el fondo de la tierra
las sílabas heridas o pequeños gusanos
que balbucen raíces y misterios.
No digas que son poco las palabras
porque no desintegran los refugios
del hambre o la injusticia. ¿Es poco el sol,
y tampoco derrota a la amargura?
¿Con qué manejarían nuestras manos
la fuerza nuclear que es nuestra vida
a no ser con su guante que pronuncia?
¿Con qué si no con su manopla hablada
iban a usar el bisturí del miedo
para cortar el cáncer de la muda
indiferencia que nos hace bloques
solitarios, ajenos, inauditos?
Las teje densa urdimbre solidaria,
un hilo humano las hilvana y cose
y en su hueco sonoro soy fraterno.
Leopoldo de Luis