MI BURGO
Con motivo de tu muerte, LÍNEAS
Señor, ten piedad de tu pueblo
y sálvalo de la ruina
Jeremías, Cap V, Ver VIII
Los mismos rudimentos de hace tres siglos... Nada
de una protesta. Todo completamente igual:
callejas, caserones de ventruda fachada
y un sopor, un un sopor, un eterno sopor dominical.
Población anodina, roñosa, intoxicada
de incuria —aquella incuria del tiempo colonial—
con su falsa nobleza de acéfalos, minada
por el fraile y la hueca política venal.
Pobre tierra, caduca tierra que tanto quiero,
que hoy rumia mansamente su estolidez, venero
de las intransigencias del medio parroquial,
que aún vive —si es acaso vivir en la atonía
de lo incurable— bajo la risueña ironía
de un cielo azul, de un cielo siempre primaveral!...
Luis Carlos López