CUARTO DE HORA
La cigüeña, la clásica cigüeña
de la hortalizada, ordeña
la ubre del canjilón. Y nú alma sueña
nerviosamente... Hija del molinero,
con tu vestido a cuadros, tu sombrero
de mimbre y tus pupilas de gitana,
sospechosas como un desfiladero,
haces de mí lo que te da la gana.
Me impaciento, fumando cigarrillos,
adosado a la alberca de ladrillos
porque tu no vendrás... El cielo arde
Y tal parece que chisporrotea
la antorcha vesperal. Y silabea
el agua en el silencio de la tarde.
Luis Carlos López