SONETO CXLVI
El vaso reluciente y cristalino,
de Ángeles agua clara y olorosa,
de blancas e da ornado y fresca rosa
ligado con cabellos de oro fino;
bien claro parecía el don divino
labrado por la mano artificiosa
de aquella blanca Ninfa, graciosa
más que el rubio lucero matutino.
Nel vaso vuestro cuerpo se afigura,
raxado de los blandos miembros bellos,
y en el agua vuestra ánima pura;
la seda es la blancura, e los cabellos
son las prisiones, y la ligadura
con que mi libertad fue asida dellos.
Luís de Camões