SIGFRID MUERE
Nibelungenlied
En una roca agreste junto al río,
al final de la lucha cae el guerrero.
Desnudo, adolescente apenas, hay
sangre en sus manos, lilas en los ojos,
y el aire mueve lento su rubia cabellera.
Aún guarda el cuerpo la tensión de
la lucha. El calor del músculo. El gesto
heroico. Hay sangre y el aire huele a hierba.
Las águilas extienden sus alas gloriosas
sobre el héroe que dio su vida al amor
y a la belleza. A todos los éxtasis inmensos.
Sigfrido muere. Y nos salva en su gesto.
Joven dios entregado al fuego y a la sangre,
su derrota es victoria. Por él (y por los suyos eternos)
cada día alcanzamos la visión de los dioses.
Nosotros, lento Imperio al fin de la decadencia.
Luis Antonio de Villena