LA LUZ DEL ALBA
Rasga la noche triste
Su sombra incierta,
Porque allá en la alta cumbre
La luz despierta,
Luciendo ufana
Los más bellos colores
De la mañana.
Recamando las nubes
Finge a mis ojos
Reflejos amarillos,
Blancos y rojos,
Que el alba envía
Para que ansioso en ellos
Se encienda el día.
La niebla sobre el valle
Muestra su velo,
Su majestad el monte,
Su pompa el cielo;
Y el agua ondea,
Y la luz de las ondas
Relampaguea.
Noche es mi pensamiento
Callada y triste;
Tú eres la luz que al día
De rayos viste;
La luz que alcanza
A disipar las sombras
De mi esperanza.
Dio a tus ojos la aurora
Su faz risueña;
Nubes son los deseos
Que el alma sueña,
Y en dulce calma
Al rayo de tus ojos
Se enciende el alma.
Mi corazón suspira,
Vela el deseo,
Porque en la luz del alba
Tu imagen veo.
Mas aparece,
Brilla un instante, y pronto
Se desvanece.
Somos, gentil encanto
Del alma mía,
Tú claridad, yo sombra;
Mi amor el día,
Que la serena
Bóveda de los cielos
Inmenso llena.
Rasga la noche triste
Su sombra oscura
Que resplandor lejano
Débil fulgura;
Las cumbres salva,
Yen las nubes sonríe
La luz del alba.
José Selgas y Carrasco