OBERÓN SOLO
No te he tenido más en mí,
que el no tiene al árbol de la orilla;
yo, pasando, me estaba siempre en tu alma;
tú, estando en mi alma siempre, nunca te venías...
Bastaba un cielo ciego, un pobre viento,
para que desaparecieras de mi vida.
Juan Ramón Jiménez