A UN RELOJ QUE TARDABA EN DAR LAS HORAS
De amor calidad triste y segura,
las medidas al tiempo desiguales,
las que en mi suerte temo, ya son tales
que jamás llega un hora a mi ventura.
Otrosí el mismo tiempo te asegura
a dar término cierto a los mortales:
¿cómo te carga el peso de mis males
y no das fin a mi desdicha obscura?
Así paso en mis males sin medida,
que el tiempo, bien que pasa, no divierte
una pena que al alma vive unida.
Pues tu curso dilato y tú mi muerte,
vuelve al pasado tiempo de mi vida
y correrás con mi dichosa suerte.
José Pérez de Montoro