ODA XV
A JOVINO EL DÍA DE SUS AÑOS
Deja, dulce Jovino,
El popular aplauso, retirado
Conmigo, do el divino
Apolo al concertado
Plectro te canta tu dichoso hado.
Y escúchale cual suena,
El luciente cabello desparcido
Por la frente serena,
Y a su trinar subido
El Manzanares queda embebecido.
Él canta como fuiste
Al nacer de sus musas regalado
Y como mereciste
Ser por él doctrinado
En pulsar diestro su laúd dorado.
Y canta los favores
Que los cielos te hicieran, el lustroso
Nombre de tus mayores;
Y entre ellos cuan glorioso
Crece el tuyo y descuella, cual frondoso
Álamo que al corriente
De las aguas tendiendo se levanta
Sobre todos la frente;
Y luego el son quebranta,
Y el triste lamentar del Betis canta:
Cuando tú por la orilla
Del claro Manzanares le dejaste,
¡Ah! ¡cuánta pastorcilla
Partiéndote apenaste!
¡Y a los zagales qué dolor causaste!
¡Oh Jovino felice!
¡Oh por siempre sereno, fausto día!
La voz alzando dice:
¡Vive, vive, alegría
Del suelo ibero y esperanza mía!
¡Oh vive, afortunado!
Que el cielo te concede dadivoso
Larga edad. El sagrado
Plectro cesa, y lumbroso
Se ostenta el dios de su cantar gozoso.
Juan Meléndez Valdés
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