ODA XXIV
DEL VINO Y EL AMOR
Con una dulce copa
Despierta mi cariño,
Si de amor en los fuegos
Dorila me ve tibio.
Y si yo desdeñosa,
O cobarde la miro,
Al punto sus temores
Adormezco entre vino.
Cuyo ardor delicioso
Por los dos difundido,
A Dorila más tierna,
Y a mí vuelve más fino.
Y en sabrosos debates
Entre risas y mimos
Todo es brindis alegres,
Todo blandos suspiros.
Sabed pues amadores,
Que Lieo y Cupido
Hermanados se prestan
Sus llamas y delirios:
Porque el Málaga dome
Tras el ruego benigno
A la bella, que indócil
Se esquivare de oíros.
Juan Meléndez Valdés