VERSO DEL MUNDO
Estoy acompañado de tantas soledades
que parece que canto con la voz de los otros.
¡Le he prestado mi voz a tantas cosas!
¡Le he dado el corazón a tantos ríos!
Pero no: no son ellos los que me dan imágenes
y versos y palabras.
Soy yo el que le doy pulso de música a los astros.
Soy yo el que hablo en el nombre
del cisne y la cascada.
No es que tenga la voz mojada en llanto
porque el día esté triste.
Yo he entristecido el día
y humedecido el prado.
¡Qué de rayos de sol y qué caminos
contrarios, como lanzas de amores en pelea,
los que pasan y cruzan por la plaza
de este corazón mío,
saltada cerradura de la pena,
llave perdida del amor sin tasa!
José María Pemán