ÉTICA
Nos olvidamos de la muerte, mas la muerte no nos olvida,
Sino nos cuida, como el padre y la madre después de haber gozado
El cuerpo se levanta en la noche para velar al hijo que odian,
Nos acaricia la planta de los pies en el lecho donde nos ayuntamos,
Solícita. En vano propone una eternidad falaz, Celestina
De las almas, afrenta de dioses que no existen al hombre.
En vano se desesperan los amantes por no ser inmortales.
Son ellos su destino, mas se castran. Cambian su obra
Por dos billetes de banco: uno, la fe; otro, la justicia.
En vano siempre. Mueren sin vivir todo lo que humano es
En la tierra o el infierno. La carne que alzarlos debió, los abaja.
Jorge Gaitán Durán