COSECHA DE AMOR
Cuando vio las dos novias el labrador (sus hijas)
alejarse en los brazos de sus esposos, tuvo
que sentarse en la cuesta de la montaña y fijas
en los dulces amantes sus miradas mantuvo.
Tendió la tosca mano sobre sus anchas cejas;
entrecerró los ojos y escudriñó con ansia
la lejanía, y pudo ver a las dos parejas
como dos negros puntos borrarse en la distancia.
¡Tornó entonces, los ojos el labrador anciano
a su cortijo solo!... Sus lúgubres lamentos
perdiéronse en la vasta desolación del llano.
Después, hundiose en graves y oscuros pensamientos. 1
¡Ay! pensó en las espigas que sazona el verano,
y en las mieses maduras que se van con los vientos.
Julio Flórez
Otra versión trae esta variante
1 Después, hundiose en vagos y oscuros pensamientos.