ANTE EL CADÁVER
DEL SABIO DOCTOR EMILIO ÁLVAREZ
Incomparable fuiste, por lo austero y lo sano;
la luz desparramaste de tu sabiduría:
como con una antorcha, con la ciencia, con la mano,
disipando tinieblas, recorriste la vía.
De nuestra Madre Patria
yo vengo en nombre, hermano,
a despedirte, porque, tú siempre, experto guía,
¡la honraste con tus triunfos! El pueblo colombiano,
como el salvadoreño, te admiraba y quería.
Duerme en paz tu gran sueño…mientras las oraciones
de la fe, por ti vuelan, a la impasible altura,
desde el fondo de tantos sencillos corazones.
Dichoso tú que, lejos de dejar amargura
en las almas, tan solo dejaste bendiciones:
Bendiciones que hoy llegan hasta tu sepultura.
Julio Flórez
También titulado MADRIGAL.