RUSIA
Albo de nieve el oso moscovita
vino al encuentro del león germano;
gruñe el león, el oso se encabrita
y alza el felpudo ariete de su mano.
Hiere el oso al león, truena un rugido,
cae el león sobre la blanca fiera;
la sangre corre; el oso, mal herido,
parte, torna a sus témpanos... y espera.
Hoy vuelve el oso —ya cicatrizada
la martirizadora dentellada—
en busca del león; al verlo apenas,
salta sobre él con redoblado brío.
El león se retuerce hosco y sombrío...
Le está arrancando el oso las melenas!
Julio Flórez