MONTENEGRO
Nuevo David, ante el Goliat moderno,
el péndulo agitaste de tu honda,
por estrechar el círculo fraterno,
y descansar bajo la misma fronda.
Mas el guijarro que lanzaste, apenas
dejó en la faz de un cíclope un rasguño;
el gigante te asió por las melenas
y aún te aprieta en su crispado puño.
Fuiste audaz siendo débil. Tu venganza
no tardará: la mano que se cierra
sobre tu cráneo en la pueril confianza
de hacerte suyo al cabo de la guerra,
aflojará... perdida la esperanza
de poder atrapar toda la tierra.
Julio Flórez