XXXIV
¡Ah! los canes, los Zoilos, que en toda lidia
literaria, en el daño sois tan expertos;
roedores de glorias, pozos de envidia,
no viviréis un día después de muertos.
¡Pobres seres oscuros, sois impotentes
para sacar un rayo de luz del caos;
no arrojéis más saliva sobre las frentes
altas... ante esas frentes, arrodillaos!
Julio Flórez