XXV
Es media noche. En medio del recinto
está solo el cadáver de la hermosa...
y en la pared, desmantelada y fría,
de su cara proyéctase la sombra.
El seductor se acerca, y en los labios
del cadáver aquel su labio posa;
y en la pared, sobre la sombra aquella,
hace los mismo su callada sombra.
Y murmura: —Quizás mañana mismo,
cuando yo ruede a la profunda fosa,
como en esa pared... en el infierno
se besarán nuestras malditas sombras.
Julio Flórez