MARTA
I
En el islote de la azul laguna
(hoy extinta) del parque abandonado
de una antigua ciudad, solo y callado,
hallé un mancebo (un loco acaso) en una
noche glacial en que la blanca luna
subía por un cielo encresponado,
tras un airón de niebla, inmaculado,
como el velo sutil de regia cuna.
Con la frente en la mano, y con el codo
apoyado en un árbol, contemplaba
el parque lleno de hojarasca y lodo.
¡De pronto irguiose, y, sin temor ni traba,
les habló a las estrellas de este modo,
alzando al cielo su cabeza brava!
Julio Flórez