EN LA BARCA
No me hables esta noche; sólo ansío
que me beses y abraces con locura;
que se junte tu labio con el mío;
que mis brazos opriman tu cintura
y que cierres los ojos; ¡tengo frío!
No me hables esta noche ¡oh mi adorada!
Yo sólo quiero en medio del reposo,
el ardor de tu carne sonrosada,
el roce de tu mano delicada
y el ámbar de tu aliento capitoso!
¡Así!... ¡junta mi cuerpo con el tuyo!...
¡Así!... ¡tiembla, mujer, como la ola
que riza el viento!... Mira: ¿oscura y sola
está la noche? Mira: ¿ni un cocuyo
nos alumbra? ¡no me hables... Lola... Lola!
Háblame ya; no más... ¡abre los ojos!
¡y vosotras, pasad, horas tranquilas,
mientras ella revive mis antojos,
con el murmullo de sus labios rojos
y con el fuego azul de sus pupilas!
Julio Flórez