CXXX
—¿En dónde estás, amigo? Te busco y no te encuentro;
¿acaso no me escuchas? Responde, ¿en dónde estás?
—¡En un abismo!... baja, no temas... más adentro;
¿vacilas? ¡no vaciles, desciende, más... más... más!
Y yo seguí bajando; tan hondo era el vacío
en que estabas, que, al verte, te tuve compasión;
¡y aún te hallé bailando, casi muerto de frío,
sobre un campo de nieves y sombras... Corazón!
Julio Flórez