VI
El potro semental que se enlozana
de campo y sol, en caluroso brote
lanza a las yeguas del abierto lote
su relincho, triunfal como una diana.
Piafando por la estepa comarcana,
tiende la crin para que el viento flote,
enarca el cuello y al golpear del trote
vibra en el pajonal la resolana.
Radiante el ojo y el ijar convulso,
gallardas curvas en el aire traza
su dócil cola con febril impulso;
y elevando las manos placenteras,
cuando sobre la hembra se adelgaza,
fecunda las olímpicas praderas.
José Eustasio Rivera