EL MAR SIGUE ADELANTE
Entre tanto guijarro de la orilla
no sabe el mar en dónde ha de romperse.
¿Cuándo terminará su infernidad que lo ciñe
a la tierra enemiga, como instrumento de tortura,
y no lo deja agonizar,
no le otorga un minuto de reposo?
Tigre entre la olarasca
de su absoluta impermanencia.
Las vueltas
jamás serán iguales;
la prisión
es siempre idéntica a sí misma.
Y cada ola quisiera ser la última,
quedarse congelada
en la boca de sal y arena
que está diciendo siempre:
adelante.
José Emilio Pacheco