EL SAPO
Es por naturaleza el indeseable.
Como persiste en el error
de su viscosidad palpitante
queremos aplastarlo.
Trágico impulso humano: destruir
lo mismo al semejante que al distinto.
El sapo,
hermoso a su manera,
lo ve todo
con la serenidad
de quien se sabe destinado al martirio.
José Emilio Pacheco