TRATADO DE LA DESESPERACIÓN: LOS PECES
Siempre medita el agua del acuario
piensa en el pez salobre
y en su vuelo
reptante
breves alas de silencio
el entrañado en penetrables / líquidos
pasadizos de azogue
donde hiende
su sentencia de tigre
su condena
a claridad perpetua
o ironía
de manantiales muertos tras dormidas
corrientes de otra luz
claridad inmóvil
aguas eternamente traicionadas
o cercenado río sin cólera
que al pensar sólo piensa en el que piensa
cómo hundirse en el aire
sus voraces
arenales de asfixia
ir hasta el fondo
del numeroso oleaje que rodea
su neutra soledad
por
todas
partes
José Emilio Pacheco