A LA PREMATURA MUERTE DEL VIRTUOSO JOVEN Y EMINENTE ARTISTA DON LEONARDO ALENZA
Para el mortal, en cuya sien fulgura
Del genio creador la ardiente llama,
Tiene el mundo un laurel, clarín la fama,
Y mármoles y bronce la escultura.
Para premiar a la virtud obscura,
Flor que en la soledad su olor derrama,
Tiene el Padre común su seno, que ama
Con inefable amor, que siempre dura.
Genio en ti, Alenza, con virtud se unía:
Consiguió tu pincel famoso hacerte:
Ya este mundo te dio cuanto podía.
Dios hoy te llama a su celeste gremio;
Pero es adelantársete la muerte
Anticipar a tu virtud el premio.
1845.
Juan Eugenio Hartzenbusch