A LA GUERRA DE ÁFRICA
DÉCIMAS
Leídas en el teatro del circo en la noche del 25 de enero de 1860.
Vinieron los sarracenos,
y nos molieron a palos;
Que Dios ayuda a los malos,
Cuando son MÁS que los buenos.»
Así dice, por lo menos,
Una copla, urdida mal;
Pues, en examen formal,
Nos ofrece su remate
Un blasfemo disparate
Y una mentira historial.
Para más negro desdoro
Del Rey, galán de la Cava,
Con mayor hueste contaba
Que el ejército del moro.
De pasmo y vergüenza el lloro
Fue que España derramó
Cuando el árabe pisó
La corona indo-germana,
Y lidiando una semana,
Por siete siglos reinó.
España, a su gloria fiel,
Al África necesita
Ir a pagar la visita
Que se entró aquí de tropel.
Esa Mauritania infiel,
Antes, de los godos era;
Y pues la fe verdadera
Ya la bañó con su luz,
Adore otra vez la cruz
En la española bandera.
¡Ni en las almenas de un fuerte
Mirar le dejaba el sol
El rifeño al español,
Sin fulminarle la muerte!
Ceuta, cambiada la suerte,
Respirará sin afán.
De allí vino el musulmán;
De allí partirá el cristiano:
Su triunfo, tarde o temprano,
Los que vivan lo verán.
¿No dicen los corifeos
De una calumnia insolente,
Que el África propiamente
Principia en los Pirineos?
Los africanos trofeos
Que amontona cada día
La española valentía,
Ver dejan ya bien de bulto
Que ha de ser la voz de insulto
¡La conquista en profecía!
¡Sea a nuestros héroes dada
Gloria en la empresa a que van,
Y pronto brille en Tetuán
Nuestra enseña de Granada!
Deja la española espada
Los campos de sangre llenos;
No alzan ya los agarenos
Cabezas fieles en palos:
¡No les ayuda el ser malos,
Aun siendo MÁS que los buenos!
Juan Eugenio Hartzenbusch