NOCTURNO
De nueve a los sones,
en cuadra azulina,
Valeria se inclina
contando bombones;
y yo le pregunto
si vive encelada
del cuco.
—De nada.
—Cupido ha venido;
desata tus ligas.
—No digas.
—Es noche golosa
de labios de rosa.
—Me voy... mariposa.
—Detente.
—La lámpara leve
se extingue imprudente.
—Clemente.
—Respiro en la puerta.
—¿Dormida?
—Despierta.
José María Eguren