LA WALKYRIA
Yo soy la walkyria que, en tiempos guerreros,
cantaba la muerte de los caballeros.
Mis voces obscuras, mi suerte lontana,
mis sueños recorren la arena germana.
Y de paladines fierísimos robo
las cotas de reno, los dientes de lobo.
No valen, no valen las duras corazas
y los guanteletes, las picas, las mazas.
Ni vale tampoco la senda florida,
los cielos dorados, la luz de la vida.
Soy flor venenosa de pétalo rubio,
brotada en la orilla del negro Danubio.
Y no desventuras mi faz manifiesta;
mi origen no saben los cantos de gesta.
Y sé las ideas funestas y vagas;
y el signo descubro que ocultan las sagas.
Yo soy la que vuelvo contino las fojas
del mal: las azules, las blancas, las rojas.
Sin tregua contemplo la noche infinita;
me inclino en la curva de ciencia maldita.
Y dando a mi cielo tristísima suerte,
camino en el bayo corcel de la muerte.
José María Eguren