RERUM NATURÆ
Sobre la triste tumba que abandona
El vano deudo que por necio brillo
La ornó ayer con espléndida corona,
Crece el clavel silvestre y amarillo.
Y sobre ese clavel que de áureo manto
Viste la tumba que olvidó el impío,
Sólo viene a llorar al campo-santo
El alba que lo empapa con rocío.
Se rompe al fin la tumba y nadie advierte
Lo que guardaba en su mansión oscura,
Porque ya en polvo lo cambió la muerte
Y el viento esparció el polvo en la llanura
Y en aquel sitio en que ninguna mano
Enciende cirios ni cultiva flores
Libre y feliz el mísero gusano
Se torna en mariposa de colores.
No hay tumba sin adorno en su tristeza.
¡Como que en ella están los ojos fijos
De la que nunca olvida en su grandezal
¡De la madre inmortal Naturaleza
Que vela eternamente por sus hijos!
Juan de Dios Peza