AGENDA
Me empecino de pronto en parecerme a ti, con quien sólo comparto una precaria cavidad de la noche. Quizá no te conozca y el asedio del sexo no sea ya más que un subterfugio para poder reconocerte de antemano. Palpita la ansiedad por dentro de tu boca lo mismo que la fiebre y todavía queda una ultima dosis de alcohol de quemar en algún sitio. Tu cuerpo se entreabre igual que el de una ahogada mientras cruzan por el letargo las densas fumarolas del deseo. ¡Una emoción distinta a cambio de mi vida!
José Manuel Caballero Bonald