VÍSPERA DE LA DEPRESIÓN
Contra mí está la noche, están
las hostiles sentencias
de la noche, su cerrazón,
su lamedal, sus extramuros
de alcohol y de incuria
y de calambre.
Entré en la luz
como en un túnel, recorrí
las viscosas lucernas, el declive
más lívido del sexo, la neblina
tenaz de la obsidiana,
hasta caer,
caer
encima del gran
vértigo
tentacular donde nunca amanece.
Porque logré sobrevivir lo escribo.
José Manuel Caballero Bonald