VIVO ALLÍ DONDE ESTUVE
Desde un lugar que aprendo
a registrar cada mañana, vuelvo
sobre mis pasos y te aguardo
allí donde estoy solo.
Matinal
ofertorio del sueño, escribo el nombre
de tu vida, te vas desentrañando
entre las hoscas hojas conjuradas
de la noche. Eres la privación
donde me sacio, la apremiante
verdad con que te niego
cada día, el cuerpo intransitable
donde acude de nuevo lo perdido.
Vivo allí donde estuve,
junto al mar delirante, libre
velocidad inmóvil orillada
de fuego, bosque espectral
de la alegría.
¿Qué me queda
de aquel itinerario, habitaciones
clandestinas, subalternos refugios
del amor, qué me queda
después del sortilegio? Ser
feliz un instante y perderte mientras
vuelvo sobre mis pasos cada día.
José Manuel Caballero Bonald