CASIDA DE LA ENTREGA
Agonizo en tu vientre
cuando —árbol— desciendo a las raíces
y amanezco en todo lo que vives.
Agonizo en tu vientre
de ternuras que viajan con la hierba
cuando la uva es roja hasta la hoguera.1
(La savia de tu vientre
suena a torre y a espuma derribadas,
a caracol de lengua rota y clara).
Y agonizo en tus ojos
desde tus largos muslos que se mecen:
dos horizontes donde la noche llueve.
Juan Bañuelos
1 Otra versión de estos tres versos:
Me recojo a pedazos en tu vientre
que viaja con la hoguera
y guarda la ternura entre su hierba.