PALABRAS HILADAS
Juego a vivir una vida,
O dos;
Juego a vivir tu vida y la mía
Entre los restos que quedan
En una tarde ya achicada.
Juego a velar tu vida,
O aquella que querría;
Y con ella poblar pronto tu recuerdo
Cuando ya nadie testimonia su presencia
Entre tantas imágenes recogidas
Y sin clamores ni voces de vigilias.
Querría morar en ti entre tanto juego,
Entre tanto deseo velado por mis palabras que van y vienen,
Indefenso y expuesto,
Roído por ideas dispersas,
E imantadas en versos revueltos,
De vidas y momentos que apresan y roen,
Retienen y torturan
Pero nunca liberan.
Juego a vivir dos vidas,
O sólo una,
Extraviada entre destinos retenidos
O entre los lamentos que el alba puntea
Despacio,
Y vela los recuerdos que no he vivido.
Son sólo sueños de una vida;
Ideas que la existencia medra,
Que la memoria justifica cuando demoran,
O mientras cobijan mis plegados susurros.
Retengo una vida soñada,
O dos. O tres;
Sin laudos ni rondallas,
Porque ya callaron sus luces las luciérnagas
Y volaron sus cantos los confinados grillos.
Son únicamente ideas y promesas confesadas,
Corroídos rostros sonrientes;
Únicamente ideas que transitan mi camino,
Y futuras palabras reveladas por una memoria ya saturada.
Juego a vivir una vida:
La mía;
Y a querer otra vida que añoro;
Quiero ofrecerte un instante en una idea,
Un deseo marcado entre tantos otros.
Juego sólo a morar en ti cuando vivo,
Cuando aguardo el destierro de una vida:
La tuya....O la mía.
Y vuelvo de nuevo a soportar el peso de tu recuerdo
El juego sutil que emerge, entre tanto,
Como una idea,
Como una vida,
O como un Dios en un instante.
Juego a vivir una vida,
O dos:
La tuya,
Las tuyas.
Justo Bolekia Boleká