TRADUCCIÓN DE JOSÉ-MARIA DE HEREDIA
EL SAMUR6Aacute;I
«Era un hombre de dos sables»
Con distraída mano pulsa la dulce «biva»,
Y al través de cruzados bambúes, ve la hermosa
En la ancha playa al Héroe, cuya visión radiosa
Ilumina sus sueños de virgen pensativa.
Es él. Al cinto, sables; y la mirada altiva,
En alto el abanico; y sobre la lustrosa
Coraza, cordón rojo con adornos. Y es rosa
Su blasón en el hombro, que fulge con luz viva.
El Samurai, vestido de láminas y placas,
Y bajo bronce y sedas y relucientes lacas,
Gran crustáceo parece, negro y rojo, en peñasco;
La vio. Le ha sonreído con amoroso anhelo;
Y sus ligeros pasos hacen brillar al cielo
Las dos antenas de oro que tiemblan en su casco.
Ismael Enrique Arciniegas