UNA NOCHE EN SANTA FE
En la hornacina del Monasterio
La candileja.
Calma profunda y hondo misterio...
El viento aúlla por la calleja.
Rayo de luna pálido y turbio
Las sombras cruza.
Un perro ladra, y en el suburbio
Se oye el graznido de una lechuza.
¡Que hacia el pasado mi fantasía
Su vuelo emprenda!
¡Santa Fe! ¡Noches de poesía
Con el encanto de la leyenda!
En la callada plazuela oscura
Son de guitarra.
¿Qué solitario su desventura
A las estrellas cantando narra?
Sigo soñando. Del caño el cauce
Se ve sombrío;
Y entre barrancos, añoso sauce
Parece, al viento, temblar de frío.
En alta celda, luz tamizada
Vierte tristeza,
¡Alguna monja que desvelada
Prendió su lámpara y a Cristo reza!
Es media noche. Por años idos
Sigo errabundo.
Es hora triste de aparecidos...
Santa Fe duerme sueño profundo.
Ya parpadea la luz escasa
De la hornacina.
Un embozado rápido pasa,
Otro embozado llega a la esquina.
Riega la luna por la calleja
Su luz de plata.
Chocar de aceros frente a una reja,
Y lejos, canto de serenata.
Ismael Enrique Arciniegas